Recientemente he visto varios videos y testimonios de personas que han pasado por circunstancias muy difíciles, y al tomar consciencia de lo afortunada que soy por no haber vivido esas experiencias me asalta la duda de si sería capaz de afrontarlas.
Me descubro diciéndome a mí misma “que no me pase a mí porque no creo que lo pudiera soportar, no sería capaz de afrontarlo, no soy tan fuerte.” Y noto como esos pensamientos hacen la sombra del miedo y la fragilidad más grande…
Lo cierto es que analizando las distintas circunstancias que he vivido, me he dado cuenta de que cuando la ocasión lo ha requerido he podido sacar una fortaleza interior que me ha ayudado a superar los duros momentos y que después de ello he salido fortalecida.
Suele ocurrir que cuando las cosas nos van bien nos relajamos y nos olvidamos del gran poder interior que tenemos.
Cuando pasa el tiempo vemos la situaciones desde la distancia y desestimamos lo que hemos sido capaces de lograr, hasta el punto que casi ni recordamos cómo lo hicimos.
De este modo, ante una situación nueva, complicada o que requiere que desarrollemos nuevas destrezas, nos invade el miedo, nos bloqueamos y desconfiamos de nuestra capacidad de afrontar la adversidad, creyendo que carecemos de los recursos necesarios para ello.
Por eso es tan importante ser conscientes de nuestra verdadera fortaleza interior.
Te invito a hacer memoria de las adversidades que has superado, de las circunstancias difíciles que has afrontado y de los logros que has conseguido, para que puedas tomar consciencia de tus propias fortalezas y de los recursos internos que dispones.
¿Qué eres capaz de hacer hoy que hace unos años ni imaginabas?
¿De qué logros te sientes más orgulloso?
¿Qué situaciones difíciles has sido capaz de superar?
¿Qué recursos y fortalezas fueron necesarios para ello?
No conocemos nuestra verdadera fortaleza hasta que ser fuerte es nuestra única opción.
Natalia Ruiz