Conciliar. Esa utopía que perseguimos los padres que trabajamos y deseamos ser partícipes de la vida de nuestros hijos. Utopía porque nos faltan horas y nos sobran obligaciones, nos puede el cansancio y por más que queramos no llegamos a todo. Y  miramos alrededor buscando ayuda, empatía y compromiso por parte de los de arriba para no dejarnos los sueños en el intento.

Mi experiencia me dice que si tenemos que esperar a que el gobierno establezca nuevas leyes que favorezcan la conciliación, las instituciones y empresas las pongan en práctica y esas medidas nos lleguen realmente, estamos apañados. Si queremos conciliar no nos queda otra que analizar qué está en nuestra mano hacer, qué depende de nosotros. Y eso, hoy por hoy, y salvo mínimas excepciones, supone renunciar.

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¿Es posible conciliar sin renunciar?

 

La vida es un juego de renuncias, seamos conscientes de ellas o no. Lo que sí podemos elegir es aquello a lo que renunciamos, con conciencia y desde la responsabilidad, para dejar de ser víctimas de las circunstancias, de nuestras empresas, de nuestra economía familiar, ….

Sin duda es un tema muy complejo para el que no existen fórmulas válidas para todas las personas, familias y realidades. Es por ello que cada uno de nosotros tenemos la responsabilidad personal de analizar nuestra situación y hacernos cargo de nuestras decisiones.

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Así que  tomando las riendas de mi vida, antes de dejar que otros decidan cómo debo vivirla, he confeccionado a medida mi propio manifiesto de renuncia, el cual me ayuda desde hace un tiempo a no perder (más de la cuenta) el equilibrio en este complicado camino.

 

Yo renuncio a las expectativas ajenas, a vivir de acuerdo a lo que los demás esperan de mí. A encajar en una sociedad en constante búsqueda de aprobación, de reconocimiento, de valoración externa.

Yo renuncio al éxito. Ese que se supone que todos debemos alcanzar y que nos dará la felicidad. Viviré según mi propia idea del éxito, acorde a mis valores y a mis anhelos.

Yo renuncio a una sociedad de consumo que me empuja a acallar mi malestar adquiriendo cosas que no necesito,para impresionar a personas que no conozco y a las que no les intereso.

Yo renuncio a las relaciones tóxicas. A las personas que no me aportan nada positivo, que me restan energía, que solo piden y nunca dan. Renuncio a aquellos a los que no les importo, a los que no se alegran de mi felicidad y se regodean en mis desdichas.

Yo renuncio a los ladrones del tiempo. A las actividades que me quitan más de lo que me dan, que me alejan de lo que quiero conseguir, que me cautivan con entretenimiento banal produciéndome un profundo arrepentimiento al constatar la pérdida de mi escaso y preciado tiempo.

Yo renuncio a decir SI, cuando quiero decir No. A la necesidad de caer bien, a anteponer los beneficios ajenos en detrimento de los míos.

 

Y al hacerlo me libero, dejando espacio a lo que es importante en mi vida.

 

Frases conciliarte (1)

 

Conciliar es difícil, lo vivo cada día en mis carnes. Pero si no tenemos claras nuestras prioridades, si carecemos de rumbo, si no tomamos decisiones, la vida acaba pasando dejando una estela de arrepentimientos e insatisfacción.

Te invito a renunciar a lo que tú decidas que te sobre, que te reste, que no te aporte, que no te compense…

 

¿Qué es aquello que falta en tu vida?

¿Qué es aquello de lo que tienes demasiado?

 

Si has de renunciar, que sea a lo que no te permita vibrar.

 

 

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