Miedo, muerte, UCI, sufrimiento, pandemia, crisis.
Tremenda realidad la que existe en muchos hogares. Mi profundo respeto por aquellos que han perdido algún familiar y mi sincera gratitud por todos los profesionales que se están dejando la piel para frenar el avance del virus y que nuestras necesidades de salud, seguridad y alimentación estén cubiertas.
Al resto, la mayor parte de la población, solo se nos pide responsabilidad, colaboración, generosidad y ánimo. Muy poco comparado con todo el esfuerzo físico y emocional que tantas personas están haciendo para que nosotros estemos bien.
Si eres de los afortunados que no han de salir de casa estas semanas y gozas de la seguridad de tu hogar y la tranquilidad de que los tuyos estén bien, me gustaría transmitirte una idea:
“Cuando cambias la forma de contar las cosas, las cosas que cuentas cambian.”
Porque el lenguaje es muy poderoso: no solo describe la realidad, también la crea.
No paramos de recordarnos que debemos estar confinados, encerrados, recluidos… para evitar la propagación del covid19. Palabras que tienen una carga emocional muy negativa y contribuyen a generar desánimo.
Qué acertado me parece el lema “Quédate en casa” y la expresión “Yo me quedo en casa”. Cómo cambia la historia si en lugar de sentirnos obligados nos hablamos desde la elección.
Y cómo cambia la percepción que tienen los niños en casa de la situación si utilizamos un lenguaje más positivo para describirla. El modo en el que nos hablemos a nosotros mismos y les hablemos a nuestros hijos influirá en nuestro estado de ánimo, que ahora más que nunca necesitamos que esté fortalecido.
Ya que vamos a pasar muchas horas juntos en las que no vamos a parar de comunicarnos, ¡utilicemos el poder positivo de las palabras a nuestro favor!
No es lo mismo decir….
“Estoy deseando que esto acabe” que “Ya falta menos”
“Cómo echo de menos ….” que “Estoy disfrutando de ….”
“No me da tiempo a todo” que “Lo hago lo mejor que puedo dadas las circunstancias”
“En esta casa no hay un minuto de silencio” que “Cuánta vida hay en esta casa”
“Ya no puedo más” que “A ver cómo lo puedo llevar mejor”
¿Cómo fomentar el lenguaje positivo en estos momentos?
1º . Ser conscientes de las palabras que utilizamos. Pensar qué palabras forman parte de nuestro lenguaje habitual y analizar si contribuyen a generar emociones positivas o desagradables.
2º . Atrapar las palabras o expresiones negativas y sustituirlas por otras más positivas.
3º. Decidir qué emociones queremos sentir a nuestro alrededor y escoger las palabras que ayuden a generarlas.
Merece la pena detenernos a hacer esta pequeña reflexión, ya que con solo unos cambios podemos notar mejoras en el clima familiar, en las relaciones y en nuestras propias emociones.
Llena tu vida de palabras bonitas, de las que desprenden vibraciones positivas, de las que hacen tu día más especial. Tenlas presentes, repítelas hasta que sean parte de ti, hasta que no concibas merecer nada que no esté a su altura.
Estas son algunas de mis palabras para estos días de recogimiento : tiempo, oportunidad, aprovechar, familia, gratitud, aceptación, creatividad, juntos, esperanza y paciencia.
¿Cuáles van a ser las tuyas?
Trackbacks/Pingbacks