Estamos próximos a recibir un nuevo año. Un 2023 al que seguramente esperamos,
como suele ser habitual, con ilusión, buenos propósitos y metas a conseguir.
Pero entre todas esas cosas que le pedimos al año nuevo, estoy convencida de que hay
algo que no habremos incluido: equivocarnos. Algo tan inevitable como necesario para
crecer y avanzar. Porque ante los retos y desafíos que nos trae la vida o que decidamos emprender por
nuestra propia iniciativa, hemos de trabajar para que suceda lo mejor pero también
prepararnos por si sucede lo peor.
Por tener la valentía de atrevernos, de asumir nuevos retos, de intentar superarnos, de actuar a pesar del miedo en ocasiones hemos de pagar el peaje de fallar. El error puede convertirse en una oportunidad de aprendizaje o en una pesada losa si
lo etiquetamos como fracaso.
¿Y qué diferencia hay entre fracaso y equivocación? El aprendizaje.
Como yo suelo decir: “Qué barato es el error del que aprendemos a no volver a
equivocarnos”.
Los errores nos enseñan, aunque no siempre aprendemos. ¿Qué necesitamos para
aprender del error? Aquí te dejo 3 tips :
-Tener un diálogo interno compasivo, que nos ayude a generar las emociones que más
nos convienen en momentos complicados. Evitar el juicio y la crítica incisiva, algo que
nos sale a la primera pues somos nuestros peores jueces y nuestros mayores verdugos.
Fustigarnos en los momentos en los que necesitamos levantarnos solo empeora las
cosas, prestar atención a qué nos contamos y cómo nos hace sentir.
–Hacer análisis y extraer aprendizajes. Reconocer lo que se ha hecho bien y ponerlo en
valor. Anotar lo que no funcionó, aquello en lo que nos equivocamos y buscar la forma
de no repetirlo en el futuro.
–Tomar distancia. Realizar alguna actividad que nos ayude a reconectar y a sentirnos
mejor. Escuchar música alegre, dar un paseo por la naturaleza, un café con buenos
amigos, o simplemente dormir. Darnos un tiempo para evaluar con perspectiva y
evitar tomar decisiones en caliente. Hablar con personas de confianza, constructivas y
positivas también nos ayuda a ver las cosas desde otro punto de vista y a relativizar.
En este nuevo año quitémosle peso al error, aprendamos a vivir con la posibilidad de
equivocarnos , reconciliémonos con la imperfección y permitámonos tener el coraje de
comenzar de nuevo.
Tú decides cuando será el primer día de tu nueva vida.
Y cuantos nuevos primeros días necesitarás hasta llegar a ella.
Porque todo no sale bien a la primera. Ni a la segunda. Ni a la tercera.
Y qué mas da los intentos que necesites mientras seas tú y no la inercia quién te lleva.
¡Feliz 2023!
