¡No se grita! Dices gritando.
¡No se pega! Dices mientras le das una palmada en el culo.
¡Silencio! Dices contribuyendo a generar más ruido.
¡Confía en ti! Dices mientras tú eres el primero que dudas.
¡No tengas miedo! Dices mientras tu vida es el reflejo de todas las decisiones que no te has atrevido a tomar.
¡Defiéndete! Dices mientras agachas la cabeza ante las injusticias.
¡No mientas! Dices mientras la sinceridad es algo que utilizas a conveniencia.
¡No me rechistes! Dices mientras las excusas y los esques son parte de tu día a día.
¡Háblame! Dices después de el tiempo que has invertido haciéndole callar.
¡No te vayas! Dices mientras has pasado media vida deseando quedarte a solas.
El valor de la coherencia
Se educa más con el ejemplo que con las palabras; se mejoran las relaciones siendo el cambio que quieres ver en el otro.
Por eso es tan importante cultivar la Coherencia:
Entre lo que decimos y lo que hacemos.
Entre lo que aparentamos y lo que somos.
Entre lo que deseamos ser y a lo que nos resignamos.
El poder de las palabras
¿Cómo se sienten nuestros hijos cuando la persona a la que más quieren les habla así?
¿Cómo nos sentimos cuando a las personas que más queremos les hablamos así?
Cada vez estoy más convencida del poder de las palabras, para sanar o para herir. Pero más poder tiene la verdad que transmite una persona con sus actos.
Parémonos a pensar cómo cambiarían nuestras relaciones y nuestra vida si tuviéramos la valentía y asumiéramos la responsabilidad de decir ¡basta! y aprendiéramos a comunicarnos mejor, desde la coherencia, la conciencia y la asertividad.
“La felicidad se alcanza cuando lo que uno hace, lo que uno piensa y lo que uno dice están en Armonía”
¿Quieres mejorar tu comunicación y la forma en la que te relacionas con tu entorno?
Podemos trabajarlo junt@s en sesiones individuales, sesiones vía skype o en talleres presenciales 😊
Natalia Ruiz