Si, en primera conjugación. Porque este término tan de moda en los últimos tiempos (a veces por inquietud, otras por necesidad)  conlleva conjugar una serie de verbos con un tremendo potencial que, desde mi sencilla experiencia, no podemos olvidar si nos decidimos a dar el paso en el mundo del emprendimiento.

 

10 claves para el emprendimiento

 

Analizar. En qué somos buenos, qué nos diferencia y nos ilusiona, cómo podemos cubrir las necesidades del mercado con nuestro talento y experiencia. Conocer qué valor podemos aportar con nuestros productos o servicios y a quién les va a beneficiar.

Superar. Las creencias limitantes, los obstáculos,  la pereza, los miedos, la vergüenza. No esperemos superarlos todos de golpe, ni en breve. Nuestros lastres nos acompañarán durante mucho tiempo. Aprendamos a observarlos, a quererlos, a saber qué nos tienen que enseñar.

Visualizar. El paso previo para que algo se materialice es que primero lo veamos en nuestra mente, y a ser posible, con los ojos del corazón. El análisis crítico y racional ya lo hemos realizado en los primeros pasos, permitámonos aquí aflorar los cinco sentidos y ponerle a nuestro proyecto emoción y corazón.

Ilusionar. Nuestro proyecto no solo tiene que ilusionarnos a nosotros , sino a nuestros futuros clientes. Que perciban que lo que van a obtener a nuestro lado merece tanto la alegría que les movilice a la acción.

Actuar. Teorizar no sirve de nada sin pasar a la acción. En la era de internet ya no hay excusas para no dar el paso. Hay mucha información, tutoriales en youtube, plataformas como WordPress y herramientas como Canva  con las que comenzar a construir un proyecto mínimo viable. Y si hemos de equivocarnos, procuremos que sea pronto, rápido y barato.

Reajustar. Una vez en marcha, probar, calibrar, priorizar y hacer los ajustes necesarios hasta que nos sintamos cómodo y consigamos dar con cada ajuste una versión mejorada.

Comunicar. Por muy buen profesional que seamos, por muy estupendo que sea nuestro producto o servicio, pocos resultados obtendremos si no conseguimos comunicarlo eficazmente. Aquí entra en juego una buena estrategia de visibilidad y por supuesto, y de la mano, de gestión de marca personal.

Dar.  Una vez llegado a este punto, dar. Dar todo lo que tenemos para dar, practicando la generosidad y ofreciendo siempre un poco más de lo que el cliente espere. Por que como bien dice @MartaGranyo , emprender no va de crear empresas… emprender va de proyectos, va de cambiar las cosas… y, sobretodo, va de personas.

 

 

Conciliar. Y es que nuestro proyecto profesional no puede pasar por encima ni arrasar con nuestra vida personal, al menos durante mucho tiempo. Desde mi punto de vista,  perdería el sentido tener éxito profesional a costa de desgastar y perjudicar la vida familiar, el bienestar personal o la salud. Definamos qué es importante para nosotros, quienes sí o sí queremos tener presentes en nuestra vida, y hagámosle el hueco que merecen.

Brillar. Como consecuencia final. Porque cuando apliquemos todas estas acciones, con pasión, esfuerzo, ilusión y constancia,  impregnando todo lo que hagamos con nuestra esencia, permitiéndonos ser auténticos y actuando desde la generosidad dice la gran embajadora de este concepto, Elena Arnaiz,  que es imposible no brillar. Y cuando brillas, eres indestructible.

 

Es por ello que para mí emprender debería conjugarse en primera conjugación.

O tendríamos que llamarlo, EmprenDar?

 

P.D. Qué afortunada he sido de poder aprender a mejorar mi proyecto emprendedor, revisando muchas de estas claves, actualizando ideas y redefiniendo metas de la mano de Elena Arnaiz, Almudena Lobato y Rubén Montesinos, tres grandes profesionales generosos y entregados en cuerpo y alma a sacar a relucir lo mejor de nosotros.

Si tú también quieres poner tu talento en movimiento, síguelos muy de cerca!!

 

Natalia Ruiz